¿Conoces directivos que no invierten tiempo en su equipo? Los modelos organizativos del siglo XX nos han dejado un legado de modelos, creencias y prácticas que limitan significativamente la posibilidad de desarrollar organizaciones que confronten con éxito los retos que plantea la realidad actual.
Uno de estos legados es la vinculación consciente e inconsciente que se ha establecido entre Liderazgo, Jerarquía y Poder. La grave consecuencia de esta asociación es que tenemos un gran volumen de posiciones con personas a su cargo ocupadas por profesionales que, ni quieren, ni saben gestionar equipos de trabajo. Porque para ser líder en una organización, debías tener muchas “personitas” bajo tu responsabilidad, y si no, ni eres líder ni eres nada.
Conclusión: todos jodidos (perdón por la expresión, pero es que es así). Y cuando digo todos, es que son todos:
La causa raíz de este problema es evidente: tienes profesionales brillantes en posiciones que requieren habilidades que no tienen desarrolladas porque probablemente no forma parte de su talento natural o fortalezas.
¿Y es que no pueden aprender?. Por supuesto, soy una firme creyente de la capacidad que tiene el ser humano de crecer, desarrollarse y transformarse. De hecho, como directiva, consultora y coach ejecutivo he visto cambios en personas que alcanzan la categoría de “milagros”. Ahora bien, el milagro de la transformación solo se produce si la persona tiene un nivel muy alto de compromiso con esa nueva mejor versión de si mismo que quiere poner en juego y para esto son imprescindibles las 3D’s: Dirección, Determinación y Disciplina.
Y seamos realistas, muchas de estas personas no quieren desarrollar nuevas habilidades porque no les interesa, no les motiva o no les apetece lo suficiente. Y es normal, las personas somos diferentes y nos gusta hacer cosas diferentes, y hay grandes profesionales a los que no les gusta ni dirigir personas ni llevar equipos, y eso no les hace ni mejores ni peores que el resto.
Ahora es cuando viene la sentencia de muerte: “pues que no hubieran aceptado esa posición”. Y aquí hay que recoger el guante y salir en su defensa: esas personas aceptaron esas posiciones porque eran una muestra clara de Reconocimiento por parte de su organización y porque les proporcionaba Poder. Y aunque son co-responsables del problema, quien ha definido unas reglas del juego tóxicas y perversas es la propia organización.
La solución a este problema implica cambiar algunas de las reglas del juego que han funcionado en el siglo XX y que ya no funcionan en el siglo XXI:
SUSANA GÓMEZ FORONDA. Experta en Estrategia, Organizaciones y Liderazgo.
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