Liderazgo, Estrategia, Equipos de Alto Rendimiento
A estas alturas prácticamente todas las compañías han resuelto el reto tecnológico del teletrabajo con mayor o menor efectividad. Pero esto solo es el principio si quieres crear un ecosistema laboral de alto rendimiento sostenible. La pregunta que muchos líderes os estáis haciendo es … ¿cómo mantengo el compromiso y la motivación de un equipo que trabaja desde casa con la que está cayendo?
Evidentemente, el reto no es el mismo para todos porque el punto de partida es diferente. No es lo mismo pertenecer a una empresa en la que existe un modelo de trabajo flexible que incluye el teletrabajo, que trabajar en una empresa en la que nunca nadie jamás se ha planteado trabajar desde casa salvo en situaciones excepcionales porque un día tienes un problema.
En cualquier caso, hay una realidad que probablemente es nueva para todos y es que la totalidad de los miembros del equipo teletrabajan desde sus casas y no pueden salir de ella salvo para lo estrictamente necesario. Muchos directivos y mandos intermedios están enfrentándose al reto de mantener a sus equipos motivados después de tantos días trabajando 100% en remoto por obligación, escuchando constantemente malas noticias y preocupados por aspectos esenciales para la supervivencia como son la salud y la economía.
¿Qué tienes que hacer para convertir esta situación en la gran oportunidad para tu equipo? Mi propuesta es que aproveches las circunstancias para convertirte en el “Maestr@ de la Motivación” de manera que puedas activar en ti mismo y en otros las dinámicas que generan alto rendimiento y compromiso en un individuo y/o un equipo, independientemente de las circunstancias. Y para eso tienes que entender perfectamente por qué trabajamos y cómo nuestra motivación se ve afectada por factores externos.
¿Cómo el COVID19 está afectando a nuestra motivación por el trabajo?
En 1980 los profesores de E.Deci y R.Ryan de la Universidad de Rochester, construyeron un modelo que identificaba las 6 razones por las cuales los seres humanos trabajamos: diversión, propósito, desarrollo profesional, presión emocional, necesidad económica e inercia. Las investigaciones demostraron que, mientras los tres primeros elevan los niveles de rendimiento y compromiso, los tres últimos los reducen. En general, las 6 motivaciones están activadas en todos y cada uno de nosotros, pero no con la misma intensidad y varían a lo largo del tiempo en función de cómo nos posicionamos ante nuestras circunstancias. El mayor o menor protagonismo que tengan cada uno de ellos determinará el engagement de una persona o equipo y, por lo tanto, sus niveles de productividad y bienestar.
Como te habrás dado cuenta, la situación actual no ayuda mucho porque le sube el volumen de los tres últimos, especialmente si tenemos en cuenta el bombardeo de “malas noticias” al que estamos sometidos. Estamos preocupados por nuestra salud y/o la de nuestros seres queridos, por el impacto que esto tendrá en la economía en general y en la nuestra en particular. Asimismo, acumulamos tensión consciente e inconsciente inherente a la situación de confinamiento y sentimos que hemos perdido libertad y control sobre nuestras propias vidas.
En situaciones de crisis como la causada por el COVID19, tendemos a focalizarnos en aspectos tácticos de nuestro trabajo muy centrados en el hacer cosas a corto plazo, o en aspectos vinculados a la medición y seguimiento de nuestro día a día. Evitamos aquellos aspectos más estratégicos porque al estar vinculados a temas que son más intangibles y sin respuestas concretas, sentimos que aumentan nuestra incertidumbre actual.
Sin embargo, muchos equipos son capaces de vencer retos que parecen insuperables y logran objetivos extraordinarios en momentos de caos y confusión. Consiguen crecer en cuota de mercado, consiguen establecer vínculos estrechos con sus clientes fidelizándolos de por vida y elevan sus niveles de productividad y compromiso. En otras palabras, se convierten en un Equipo de Alto Rendimiento Sostenible porque son capaces de adaptarse con efectividad a una nueva situación y desarrollar las capacidades necesarias para salir fortalecidos de la misma.
Y es que esto es una máxima vital… ante una situación de crisis, el ser humano opta por una de estas tres opciones: se hunde, sale del paso o sale fortalecido porque desarrolla nuevas capacidades que le permiten maximizar sus recursos y oportunidades.
¿Qué puedes (o que debes) hacer como líder de un equipo?
Liderar implica necesariamente transformar la realidad que te rodea, cualquiera que esta sea. Esa es la esencia de la palabra liderazgo, que proviene del indoeuropeo “leith” cuyo significado literal es “cruzar el umbral” y está vinculado con la capacidad de una persona de transicionar de una situación a otra, de cambiar su realidad interna y externa.
En otras palabras, liderar en estas circunstancias requiere de ti que acompañes a tu equipo a través de la situación a la que se ve arrastrado de manera automática por las circunstancias externas, a una nueva realidad en la encuentren significado y sentido a lo que hacen, disfruten de lo que hacen cada día y desarrollen capacidades nuevas que les permitan mejorar su empleabilidad futura.
Debes centrar tus esfuerzos en dos cosas: subirle el volumen a aquello que nos motiva y bajárselo a lo que nos desmotiva. ¿Cómo? En base a mi experiencia ayudando a líderes y equipos a lograr el Alto Rendimiento Sostenible en circunstancias adversas, he identificado 4 acciones clave a implantar si quieres tener un equipo motivado, productivo y comprometido:
Y, recuerda: estás ante una oportunidad maravillosa para elegir si lideras o te dejas arrastrar por las circunstancias. Como siempre, tú decides.
SUSANA GÓMEZ FORONDA. Experta en Estrategia, Organizaciones y Liderazgo.
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