Durante la cuarentena, muchos líderes se han enfrentado al reto de mantener a sus equipos motivados durante más de 2 meses trabajando 100% en remoto. Sin embargo, ahora viene una cuestión de mayor calado para muchas organizaciones: redefinir su nuevo modelo de trabajo considerando tres variables fundamentales: productividad, bienestar del empleado e impacto en la cuenta de resultados. Me considero una de las pioneras en el diseño e implantación de modelos de trabajo flexible a raíz de la ideación e implantación de los Modelos KWork y KOffice que lanzamos en Kellogg’s España en 2009 (años más tarde se implantaron en Kellogg’s a nivel internacional). Nos convertimos en un modelo de referencia por ser uno de los primeros casos de aplicación exitosa de un enfoque integral que permitía al 100% de la plantilla trabajar desde cualquier lugar y con flexibilidad horaria. Hasta entonces, muchas empresas de tecnología o consultoría habían aplicado este modelo a sus equipos de consultores, pero ninguna lo había aplicado formal y sistemáticamente al 100% de la plantilla, desde contables hasta secretarias de dirección. Recibimos múltiples reconocimientos como el Premio Empresa Flexible y tomamos la decisión de utilizar nuestra experiencia para inspirar a otros a hacer las cosas de manera diferente. Presentamos el caso de éxito en todas las Escuelas de Negocio referentes en España, prácticamente todos los medios de comunicación publicaron alguna noticia y/o reportaje sobre nuestro modelo y durante años atendimos una media de 2/3 visitas mensuales de empresas que querían implantar un modelo equivalente. Y es que no era para menos, porque en plena crisis habíamos conseguido la cuadratura del círculo ya que habíamos satisfecho de manera simultánea las necesidades de múltiples grupos de interés. Marcamos un antes y un después en la manera de trabajar, demostrándole a nuestra propia corporación y al mundo empresarial que era posible implantar un modelo basado en la responsabilidad (y no en las normas) a la vez que generaba ahorros considerables, aumentaba la productividad y mejoraba significativamente los niveles de compromiso de los empleados. Pues bien, aquí estamos más de 10 años después y no puedo por más que reírme (por no llorar) ante la cruda realidad: una cosa enana como el covid19 ha conseguido en 15 días lo que a mí me costó meses en mi propia organización, y ha logrado un alcance que a todos aquellos que llevamos años haciendo apología de los modelos de trabajo flexible y/o teletrabajo nos deja una sensación rara que mezcla la envidia con la estupefacción. Tienes una gran oportunidad por delante, aprovéchala!! He recibido múltiples consultas sobre la mejor manera de abordar el diseño de un modelo que incluya el teletrabajo y me sorprende que la mayor parte de empresas no son conscientes del alcance e implicaciones de abordar un proyecto de este tipo. Siempre hago la misma pregunta: ¿para qué quieres implantar un modelo que incluya el teletrabajo? Si te limitas a decidir cuantos días a la semana puede teletrabajar alguien y cuáles son las normas que van a regir esto, estás perdiendo una gran oportunidad.
Desde mi punto de vista, esto hace que merezca la pena dedicarle tiempo y recursos para asegurarte de que aprovechas todas las ventajas, al mismo tiempo que minimizas los riesgos. Porque si, también tiene riesgos y muchos. Y ese lado oscuro del teletrabajo es lo que hizo que compañías como IBM o Yahoo dieran un paso atrás hace años. Por mucho que empresas con claros intereses comerciales en la implantación masiva del teletrabajo o que el colectivo de freelance que trabajan en red defiendan este modelo, cuando lo implantas en organizaciones con empleados en nómina, con alta diversidad (perfiles, generaciones, roles, etc…), con posiciones en las que el teletrabajo no aplica, etc…. ni es tan sencillo ni las ventajas son tan evidentes.
En este sentido, es muy interesante la investigación realizada por Lindsay MacGregor y Neel Doshi, en el que los datos muestran que las personas que trabajan siempre desde casa muestran niveles de motivación inferiores a las que trabajan en una oficina (total o parcialmente), especialmente cuando no lo eligen.
Olvídate de copiar y pegar una “best practice”, no te va a funcionar …
El #covid19 ha traído “café con leche para todos” y no ha hecho distinciones. El trabajo en remoto se ha impuesto como la nueva normalidad independientemente de si tu empresa disponía de un modelo de teletrabajo perfectamente definido, de si tu jefe era partidario o un “ateo declarado” de los modelos de trabajo flexible o de si disponías de la tecnología adecuada.
Si hay algo que aprendí con mi experiencia en Kellogg’s, después de visitar muchas empresas e investigar muchos modelos de trabajo, es que no existe un modelo ideal que sea bueno para todos. Eso explica las dificultades de muchas empresas que están intentando diseñar una solución “copiando y pegando” lo que hacen otros. Cada empresa necesita un traje a medida por 3 razones fundamentales:
Mi postura respecto a modelos de trabajo es bastante firme: la solución está en Modelos de Trabajo Flexibles que tengan un amplio menú de opciones para que, en función del puesto de trabajo y preferencias personales, cada uno pueda configurarse la solución que mejor se adapta a sus necesidades.
Diseñes lo que diseñes, hay 3 ingredientes esenciales que no deben faltar si quieres tener éxito: Tecnología, Liderazgo Efectivo y Cultura de Accountability. Mientras que la necesidad de invertir en tecnología es evidente para todos, mi experiencia es que muy pocas empresas son conscientes de que modificar su modelo de trabajo hacia esquemas más flexibles requiere una cultura basada en la Responsabilidad Personal y un estilo de Liderazgo que integre Resultados y Personas. Si ya lo tienes, felicidades. Si no lo tienes, haz algo para tenerlo, porque no va a pasar solo porque implantes un nuevo modelo de trabajo.
Ya sabes que, si las personas no cambian, nada cambia. Pasarás de presencialismo al #telepresencialismo, del stress al #telestres, de la burocracia a la #teleburocracia, … y suma y sigue.
Tienes ante ti una gran oportunidad de aprovechar esta situación para erradicar aquellos patrones de comportamiento que le restan efectividad y atractivo a tu organización, puedes implantar una nueva manera de trabajar que os permita añadir más valor, de una manera más ágil y mucho más satisfactoria para todos los implicados. No la dejes pasar.
SUSANA GÓMEZ FORONDA. Experta en Estrategia, Organizaciones y Liderazgo.
Sígueme en LinkedIn